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domingo, 21 de noviembre de 2010

Agua con Jabón y mala atención

El viernes recién pasado, fuimos con dos compañeras de trabajo a tomar una cerveza. No hay nada más agradable que tener una conversación agradable, en una terraza con un vaso de cerveza helado, después de una semana larguísima de pega. Además los atardeceres de noviembre en Santiago se prestan para eso.

Y fue así como llegamos a un bar en Avenida Brasil, de nombre Óvalo. Con una de mis amigas ya habíamos estado ahí, y sabíamos que la atención era casi deficiente. Pero, los viernes en Santiago es bien difícil encontrar una mesita en la vereda. Así que tomamos asiento. La chica nos trajo la carta, y nos ofreció de forma entusiasta un Pitcher de cerveza artesanal marca Mestra –hecha en Valparaíso, Chile-, el cual decidimos probar. Todos habíamos tenido buenas experiencias con cervezas artesanales made in Chile, como Valbier, Capital, Artesanos o Kross, y siempre habían sido de muy buen sabor.

Así que la mesera nos tiró el pitcher y los vasos, y a probar. Y ahí nos dimos cuentas de que nada que hacer. El cuerpo, malo. El gusto peor. Si tuviera que volver a describirlo, solo me quedaría una forma: gusto a Quix con agua. La primera idea que se nos pasó por la cabeza fue: enjuagaron mal el jarro Así que el novio de una de las chicas se paró y fue a hablar con la mesera –yo en verdad estaba latigudo como un chicle y me daba paja ir a pelear por un poco de gusto a jabón en la cerveza-. Al rato volvió con la lola, quien se llevó el brebaje, de mala gana, y desapareció con él, somewhere inside the bar.

Después de harto rato de incertidumbre, volvió otra mesera, más amable. Quien, en un tono de lo más amoroso nos dijo que la cerveza TENÍA ese gusto, y que probablemente nosotros no cachabamos una de cervezas premium artesanales. Al ser invitada a probar un poco de esta Mestra Rubia, ella dio que no que a ella no le gustaba… cueck!

Al final, nos trajeron una Heineken, que tomamos de mala gana, y que pagamos rápido y dejamos el local.

Ahora me pregunto, era realmente la cerveza así de mala o el lavavajillas del bar Óvalo estaba malito, y no enjuagaba bien. Viendo la mala atención del lugar, prefiero suponer que también lavan mal.

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