La literatura escandinava no es algo muy común en Chile. Usualmente los pocos lectores chilenos se dedican a leer a escritores latinoamericanos o estadounidenses, y algunos que se consideran a si mismos como culturales se van por libros franceses o difíciles lecturas rusas. Pero, hay un mundo más allá de eso, desde Suecia, Dinamarca, Finlandia e Islandia también nos llegan interesantes novelas y/o cuentos, que son dignos de leer. En este caso, me dedicaré a dos relatos que devoré hace muy poco, escritos por la finesa Sofi Oksanen: Purga y Las Vacas de Stalin.
Sofi Oksanen es una finesa hija de una estonia y de un finlandés, y esa mezcla de culturas que son tan similares y distintas al mismo tiempo, dieron como resultado una escritora con una forma de escribir muy punzante, cruda, muy literal, explicita pero poética al mismo tiempo. Algo que la hace diferenciarse, en cierto modo, de otros libros que he leído que vienen del norte de Europa, en donde la literatura es más lánguida y llena de subtextos y entre líneas. En Sofi Oksanen esos subtextos son menores, ella dice las cosas como quiere, con un desenfado típico de las juventud escandinava.
Mi acercamiento a ella comenzó con la excelente Purga, una novela que relata la historia de dos mujeres que han sufrido de la violencia, del miedo, el abuso y de la pérdida de sus sueños e inocencia. Que han sido arrancadas de sus raíces y han tenido que sobrevivir de acuerdo a las reglas a las cuales fueron forzadas a seguir. La historia se desarrolla en dos tiempos distintos, tiempos de agitación para la República Estonia: La ocupación Soviética en 1945 y la independencia del país Báltico a principio de los 90.
Purga es un libro crudo, que logra hacer traspasar el miedo de sus protagonistas fuera de sus páginas, que engancha rápidamente y que nos muestra aspectos desconocidos de la ocupación soviética. Además, nos muestra la capacidad de supervivencia que pueden tener las mujeres, esa fuerza de la que siempre ellas hablan, pero alejado de todo feminismo. Una novela bella, pero no bella en el concepto tradicional, sino que bella por la forma en que logra mostrar lo peor -y lo mejor- de la naturaleza humana.
Luego, de casualidad di con Las Vacas de Stalin, acá la escritora
nos presenta a tres mujeres, aunque la historia se desarrolla por medio de Anna, una joven finesa con problemas de bulimia y anorexia, y una sensación de no sentirse en casa en su país de nacimiento. Hija de una estonia y de un finés, en cierto modo este libro podría pasar por una autobiografía de la escritora. Acá la escritura no está tan bien lograda por Sofi, pero igualmente hay algo en el relato que cautiva, esa sensación de sentir que no se pertenece a lugar alguno, esa constante búsqueda de un hogar, de un lugar al cual pertenecer, por lo cual se pueden tomar decisiones equivocadas.
Ambas novelas son muy recomendables, par quienes gustan de la buena lectura, especialmente para aquellos que quieren descubrir nuevos estilos literarios y nuevos mundos y alejarse un poco de lo que es Isabel Allende y otros escritores Latinoamericanos.
Tanto Purga como Las Vacas de Stalin están disponibles en la red Bibliometro.
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