Podríamos decir que Australia es una tierra inhóspita –mucho desierto, muchas moscas, bichos venenosos, perros salvajes- llena de tipos y tipas adictos a la cerveza y el alcohol.
Y esa es la imagen que me reafirmó Australia, la película protagonizada por Nicole Kidman y Hugh Jackman, que vi ayer en el cine Movieland de Florida Center, gracias a la invitación de mi amiga Acsa.
No podría calificar a la película de imprescindible, ya que podría resumir la historia central en vacas y bloody amor –sin olvidar el bloody ron-. Pero, la historia es entretenida, y las casi tres horas que duda se hacen soportables –aunque la Acsa se retorció en el asiento todo el bloody rato. porque es bloody hiperkinetica-.
Las actuaciones están muy buenas: a Nicole Kidman le queda muy bien ser aristócrata estirada –tiene la facha para hacerlo- y Hugh Jackman se ve mejor cuando anda de Capataz coshino, que cuando anda de Capataz elegante. El niñito que interpreta al mestizo también se luce, aunque su acento australiano me sacó de quicio hartas veces.
En fin, es una película entrete –le lleva hasta emoción, ya que la Acsa lloró UNA vez-, pero no podríamos decir que es imprescindible. Me recordó bastante los libros de Barbara Wood, por una cosa estética y de historia.
En fin, para pasar una tarde de verano, está de pelos.
El único inconveniente, es que quedamos en la duda de si había pulgas o no en la sala.
Nuevo término: BLOODY
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