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jueves, 14 de febrero de 2008

Espera (Parte II)

Y cayó una gota, luego otra y luego otra. Drip, drip, drip. Una paloma se echó al vuelo. Drip, drip, drip.
Sofía pensó en esconderse debajo de alguna marquesina. Pero no. Solo eran algunas gotas. Y ella ya llevaba tanto tiempo ahí esperando que unas pocas gotas de agua no iban a terminar con su espera. Roberto debería estar por llegar. Quizás estaba en el Metro, bajándose ahí en la estación Santa Lucia. O quizás ella se había equivocado de lugar, y no era ahí en donde se iban a juntar. Quizás dijo en el paseo Ahumada. O Peor aún, en Paseo Huérfanos. No, estaba segura, le dijo en Mac Iver con la Alameda, en la vereda donde están las ópticas...

Y ahí estaba ella, esperando.

Llevaba alrededor de 20 minutos. Ya había perdido la cuenta de cuantos minutos exactos llevaba ahí. Las gotas de aguas comenzaron a caer con mayor intensidad. Drip,drip, drip. Se levantó un poco de viento. Solo un poco. la gente que caminaba a su alrededor apuró el paso. Ya habían encendido las luces eléctricas. Apenas quedaba un vestigio de luz natural en el cielo. Y el agua caía, sin fuerza, pero si con intensidad. Drip, drip, drip.

Sofía sintió que su cabello se humedecía, de hecho, algunas gotas caían por su pálida cara, paso una mano pequeña, de uñas bien cuidadas, por su negro pelo, para apartar un poco las gotas que lo mojaban. Al parecer era mejor que se resguardara de la lluvia en algún lugar. Miró para todos lados con sus ojos grandes, negros, de largas pestañas y escasos de cejas. Se decidió por la entrada de una galería. Ahí seguiría viendo quien iba y venía. Se apresuró, y se reprendió mentalmente el no haber llevado una chaqueta o algo más abrigador.

-Pero es que hacía tanto calor...- murmuró con voz algo ronca. Casi gutural.

-Por favor mamita, una ayudita...-el mendigo, sucio y maloliente le tendió la mano. En su cara había una mirada desesperada. El rostro estaba arrugado, pero sin cicatrices. ´Los ojos azules estaban ahí mirándola a ella, con desesperación. El mendigo se agarró de la pretina de su polera, desesperado. Sofía lo miró, fascinada por los rasgos del mendigo.

-¿Bruno?- Preguntó con un hilo de voz. Sus ojos negros se opacaron. El cambio fue patente. El indigente la miró con horror, y se fue, rápido y se perdió entre la gente.

Respiró profundo. Los ojos volvieron a adquirir brillo. Sonrío y volvió el curso de sus pensamientos hacía Roberto. Como si aquel indigente con los ojos de Bruno nunca hubiera estado ahí.

Sintió la vibración su cartera de cuero blanco. Se desesperó. Quizás Roberto no iba. Quizás era para avisarle que había tenido un imprevisto y que se juntaran otro día... No, no iba a abrir la cartera. la vibración paró. Pero volvió. Se dio fuerzas, y abrió su cartera y busco su celular dentro de ella. Lo sacó con un movimiento nervioso. Miró quien llamaba:.

BRUNO.

Tiró el teléfono dentro de la cartera. Los ojos azules, la desesperación, la expresión de dolor intenso en los ojos. la expresión de...

-¡No!- Un grito amortiguado por su mano.

La lluvia ahora caía más fuerte. Drip, drip, drip. Un cigarro, quería un cigarro. Volvió abrir el bolso, hurgó un minuto o dos, hasta convencerse que no le quedaba ninguno. Atravesó la calle rápidamente, casi corriendo. Le daba lo mismo mojarse, pero no quería estar muy lejos de su sitio. Quizás si Roberto no la veía ahí, el pensaría que ella se había ido. o quizás -que horrible- pensaría que ella nunca había ido. había bastante gente en el kiosco comprando.

El joven casi corría por Mac Iver, tropezó con una mujer de delantal blanco a la salida de una óptica. Se había atrasado. Pero el trabajo era demasiado. Su pelo castaño estaba empapado. Había pensado en comprar un paraguas. No quería mojarse, no quería que Sofía viera lo que el tiempo había hecho con él. Hacía tanto tiempo que no se veían. Llegó a la esquina pactado, pero no la vio allí. Quizás con la lluvia, se había ido. Y él se había demorado tanto en llegar.

(CONTINUARA)

1 comentario:

  1. Anónimo10:44 p. m.

    Me perdí....
    Donde esta la sangre, la locura y el desenfreno jajajaja
    no, igual ta weno, medio enredada-o soy yo la del cerebro apagado posiblemente-
    Le estás metindo misterio e intriga a la wea...será por temporadas la historia? jajaja

    bueno ya no te webeo más, lo que pasa es que estoy re aburrida, me aburre estar en casa....
    un beso y me imagino que estás en el sur a estas alturas no?
    bueno, un besote mi niño querido
    adios

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