Chile es un país extraño. Los chilenos, mejor dicho, somos unos seres humanos extraños. Racistas, pese a que la mayor parte de nosotros somos mestizos; clasistas, pese a que la mayor parte de la población gana el sueldo mínimo; intolerantes, pese a que todos pedimos la tolerancia del resto, por que nos sabemos imperfectos.
Se supone que hoy yo iba a escribir sobre mi nuevo producto de consumo favorito (bueno, hace ya más de un año que soy bastante asiduo a él), el jugo de frutos rojos A+B+C Pfanner, pero los hechos de hoy han hecho que posponga un poco lo superfluo y me adentre un poco en temas algo más profundos.
Hace ya varias semanas que el joven Daniel Zamudio fue atacado en un parque. En la madrugada. Por un grupo de supuestos neo-nazis. Digo supuestos, porque aún me causa extrañeza que chilenos (raza mestiza y de pelo negro, muy alejada del ideal de perfección aria de la ideología Nazi) se hagan llamar neo-nazis. Es más, todo es aún más extraño cuando estos 'superhombres' son arrestados, y vemos sus fotografías: probablemente habrían sido enviados a Dachau antes que muchos de los que fueron a dar con sus huesos a ese horripilante lugar.
Durante estos días casi todos hemos pasado por varios estados. En un principio muchos debemos habernos preguntado que hacía este joven gay (hago la aclaración de su condición sexual por si alguien lee esto, y no conoce la noticia), en ese parque en la madrugada. Muchos debemos haber comentado que lo más probable es que anduviera buscando algo de sexo express. La verdad es que es solo elucubración. Pero si así fuera, si Daniel hubiese andado en busca de algo de diversión, ¿merece eso un ataque?, ¿amerita que un grupo de antisociales golpeé a una persona con la brutalidad con la que lo hicieron? Desde mi punto de vista no. Quizás soy demasiado relajado, quizás soy un liberal. Uno de los muchos que estamos llevando esta copia feliz del Edén hacía la ruina. Pero... ¿qué hacían los agresores de Zamudio en ese parque esa noche en la madrugada?
No he escuchado que alguien se lo pregunte, ni siquiera yo me lo había preguntado hasta hace un rato. Así es como funciona la intolerancia. Nos preguntamos que ahce un joven gay caminando por un parque en la madrugada. Damos el salto lógico hacía el sexo. Pero a nadie le pareció extraño que estos delincuentes estuvieran allí tondo copete.
Días después del 3 de marzo -cuando ocurrió la golpiza- se supo toda la verdad. Ahí supimos que esta escoria social había encontrado a Daniel durmiendo en una banca en el parque, a eso de las nueve de la noche, y que desde ahí lo estuvieron torturando por horas. Todo, porque fue identificado como homosexual. He leido notas de prensa y entrevistas respecto al caso, y me da mucho espanto leer con la naturalidad que estos personajes hablando de hacer barridas, hablan del nazismo. Me da mucha pena que exista este lumpen, que -vuelvo a hacer el enfasis- si estuvieran en un gobierno comandado por Hitler, es muy probable que estarían en un campo de concentración haciendo fila para la cámara de gas. Porque ustedes son la verdadera basura de este país. No los homosexuales, ni las minorias raciales ni los extranjeros. Son los que tienen la capacidad de no tolerar al que está al lado, de no respetar al distinto, los que son capaces de golpear en grupo a un joven solo, semi-inconsciente. Los que son capaces de dejar a una madre y a un padres desconsolados porque su hijo está con muerte cerebral y solo con algunas horas de vida por delante.
Ojalá esta vez si se haga justicia. Espero que estos delincuentes no salgan de la cárcel... Si estuvieran bajo la ideología que tanto admiran, serían condenados a muerte. Por suerte para ellos, estamos en una democracia que es pro vida, y la pena de muerte fue abolida.
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