Sin potos ni tetas, como las teleseries antiguas. A puro dramón. De hecho, en el primer capitulo de la nueva apuesta de Canal 13, Primera Dama, se vio bien poca piel, pocas alusiones sexuales. Solo apoyados en una historia que saben solidas, y que recuerda esos dramas televisivos de los años ochenta. Una especie de Ángel Malo actual –y ese es el comentario que mas podemos notar tanto en la página web del canal Católico –¿aún?-, que Sabina les recuerda a todos a Nice… pero recargada.
Entretenida, y sorprendente. no esperaba ver usado el recurso del flashback de la forma en que se mostró. Si no estoy mal, es la primera vez que veo una telenovela chilena que se atreva a contar la historia de esa forma, y eso me parecion muy entretenido e innovador. las actuaciones están harto bien, aunque la que más destacó (por la cantidad de minutos que estuvo en pantalla) fue Celine Raymond –solo la cachaba de nombre-, quien se luce haciendo de esta lola de pueblo, pobre pero ambiciosa… aunque con un rasgo de inocencia que es lo que cautiva al resto. El resto, se movió muy bien al compás de la primera dama, aunque me faltó ver un poco más a Julio Milostich, y a Catalina Guerra que son tremendos actores. Otra que se lució, bueno haga lo que haga ella me encanta, fue Carolina Arregui. Verla de vuelta a los papeles llorones me sorprendió gratamente. Aunque, no puedo dejar de admitir que sus mejores papeles son los de comedia –especialmente la Beatriz de Brujas-.
A Primera Dama le fue harto bien en su primer capítulo, espero que no se desinfle en los próximos episodios, sino que se haga más fuerte e interesante para el telespectador. De acuerdo a la información publicada por La Tercera, esta primera entrega de la nueva telenovela de Canal 13 promedió 17,6 puntos online en contra de los 19 que obtuvo Martín Rivas de TVN.
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Y hoy termino la teleserie del primer semestre de Canal 13. Una historia novedosa para nuestras pantallas, que incluía hombres lobo, que no logró cautivar al público masivo, aunque si tenía un fan base bien estable y que la seguía día a día.
El cuarteto sueco que se hizo famoso en los años noventa, gracias a canciones como The Sign, All That She Wants y Beautiful Life, está de vuelta. Ahora con dos nuevas vocalistas –muy jóvenes por cierto-, y un nuevo video con harta piel y sensualidad. 
No hay mucho que agregar a este video, es cierto que necesitamos energía eléctrica, pero ¿por qué no buscar formas limpias de obtenerla? Ojalá el Presidente Piñera se pongo los pantalones y diga NO a la termoeléctrica. 
El año pasado tuve un Nirvana cuando vi el primer capitulo de esta serie gringa –que es muy de estereotipo estadounidense-. La historia del club de coro, con sus canciones y sus coreografías, es cautivante. Pero Glee es mucho más que canciones y bailes, cada individuo tiene su cuenta: está Rachel Berry, que es hija de padres gay –y la más insoportable del grupo-, tenemos a Kurt Hummel, el gay con estilo hijo de mecánico, también Queen Fabray –la porrista popular que forma parte del club de castidad y que llega al coro como espía de la genial Sue Sylvester –que es la mala de la película-. Con el transcurso de los capítulos se va viendo la evolución de todo el grupo, como se hacen amigos, enemigos, se ponen de novios y se pelean… y siempre todo mezclado con canciones que todos conocemos o ubicamos.